LIC. HUGO ALVARO SOTO [1]
Antrop. UNCP-Consultor en gestión social
“PARA GESTIONAR LOS CONFLICTOS SOCIO AMBIENTALES SE REQUIERE
PROFESIONALES QUE TENGAN VOCACIÓN DE SERVICIO Y TRABAJEN POR SU PAÍS, SU REGIÓN Y SU GENTE (…) LA
DEFENSA DE LOS TERRITORIOS, IMPLICA LA DEFENSA DE LA VIDA”
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FOTOGRAFÍA TOMADA EN LA MUESTRA DE TEODORO RAMÍREZ "LA BARBARIE Y LA ESPERANZA" |
Los conflictos socio ambientales se dan en relación al manejo, acceso y control de los recursos naturales. Cada conflicto es muy particular por su contexto, actores, posiciones, intereses y aspiraciones.
Diversos estudios se han cuestionado ¿Por qué donde existen recursos minerales prevalece la pobreza? Debería ser una bendición; sin embargo, las comunidades lo consideran como una maldición. Para ellos su territorio forma parte de su identidad, historia, cultura, que al momento de llegar un proyecto minero lo consideran como una maldición.
A nivel nacional existen instituciones que trabajan en la gestión de los conflictos, tales como: la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad, Oficinas Regionales de Prevención y Gestión de Conflictos, Defensoría del Pueblo entre otros. Estadísticamente se muestra el incremento de los conflictos a nivel nacional principalmente relacionado al sector minero. En ese escenario surge la pregunta ¿Por qué el sector minero ocasiona mayor conflictividad socio ambiental? La repuesta se basa en la relación entre tres actores:
El estado: políticas asistencialistas, desconocimiento del entorno, ausencia de dialogo horizontal y centralismo.
Las empresas: desconocimiento del entorno, profesionales no idóneos e incumplimiento de promesas.
Las comunidades rurales: pobreza, desnutrición, desconocimiento de los instrumentos de gestión ambiental y negociación del uso superficial de tierras.
En la actualidad las comunidades no solamente tienen problemas con las instituciones del Estado o las empresas mineras; sino entre los propios comuneros y esto ha generado un debilitamiento institucional interno.
Uno de los mecanismos para gestionar los conflictos socio ambientales es realizar un dialogo transversal y multisectorial, con mensajes claros y propuestas concretas. Además, se requiere la participación de profesionales que tengan vocación de servicio, y trabajen por su país, su región y su gente. Un gran reto para El Estado y las empresas es la confianza y esto se construye, no pagando una miseria de dinero; sino en base al respeto y la honestidad. La lucha de las comunidades es por la defensa de los territorios, lo cual implica la defensa de la vida.
La responsabilidad social de las empresas deben estar basadas en políticas participativas, desde que se realiza la concesión y en la elaboración de un estudio de impacto ambiental, las comunidades rurales deben ser partícipes, tener una consulta previa y conocer los impactos que van a generar el proyecto.
Lo que hoy se percibe, entre las relaciones que presentan el estado, las empresas y las comunidades rurales, son relaciones de poder, de hegemonía y subordinación, de desigualdad. Y no relaciones horizontales de diálogo, respeto y confianza.
Si no se gestiona los conflictos socio ambientales en el Perú. En el futuro será un escenario de desconfianza, violencia y caos. Indicar que el conflicto, no necesariamente es sinónimo de violencia; sino es un hecho social, que nos permite ver los síntomas de que en algo estamos fallando y la intervención temprana ayudaría a gestionar respuestas concretas. El Perú en un escenario de transición democrática atraviesa por un proceso de debilidad institucional; los famosos lobbies, paquetazos y la desconfianza en el presidente constitucional son parte de tal debilitamiento, la ansiada descentralización presenta aún sus límites centralistas. Si bien es cierto en términos macroeconómicos hemos avanzado en porcentajes de manera cuantitativa; en el Perú profundo, aún prevalecen brechas socioeconómicas que el Estado no ha logrado solucionar, ya que las políticas públicas no son integrales y acordes a la realidad sociocultural de cada contexto en los gobiernos sub nacionales.
"Los patriotas empiezan a asesinar a sus compatriotas; en caso de ausencia, hacen volar en trozos al conserje y su casa. No es más que el principio: la guerra civil está prevista para el otoño o la próxima primavera. Nuestros lóbulos parecen, sin embargo, en perfecto estado: ¿no será, más bien, que al no poder aplastar al indígena, la violencia se vuelve sobre sí misma, se acumula en el fondo de nosotros y busca una salida?" (Frantz Fanon, 1961. Los Condenados de la tierra.)
Uno de los mecanismos para gestionar los conflictos socio ambientales es realizar un dialogo transversal y multisectorial, con mensajes claros y propuestas concretas. Además, se requiere la participación de profesionales que tengan vocación de servicio, y trabajen por su país, su región y su gente. Un gran reto para El Estado y las empresas es la confianza y esto se construye, no pagando una miseria de dinero; sino en base al respeto y la honestidad. La lucha de las comunidades es por la defensa de los territorios, lo cual implica la defensa de la vida.
La responsabilidad social de las empresas deben estar basadas en políticas participativas, desde que se realiza la concesión y en la elaboración de un estudio de impacto ambiental, las comunidades rurales deben ser partícipes, tener una consulta previa y conocer los impactos que van a generar el proyecto.
Lo que hoy se percibe, entre las relaciones que presentan el estado, las empresas y las comunidades rurales, son relaciones de poder, de hegemonía y subordinación, de desigualdad. Y no relaciones horizontales de diálogo, respeto y confianza.
Si no se gestiona los conflictos socio ambientales en el Perú. En el futuro será un escenario de desconfianza, violencia y caos. Indicar que el conflicto, no necesariamente es sinónimo de violencia; sino es un hecho social, que nos permite ver los síntomas de que en algo estamos fallando y la intervención temprana ayudaría a gestionar respuestas concretas. El Perú en un escenario de transición democrática atraviesa por un proceso de debilidad institucional; los famosos lobbies, paquetazos y la desconfianza en el presidente constitucional son parte de tal debilitamiento, la ansiada descentralización presenta aún sus límites centralistas. Si bien es cierto en términos macroeconómicos hemos avanzado en porcentajes de manera cuantitativa; en el Perú profundo, aún prevalecen brechas socioeconómicas que el Estado no ha logrado solucionar, ya que las políticas públicas no son integrales y acordes a la realidad sociocultural de cada contexto en los gobiernos sub nacionales.
"Los patriotas empiezan a asesinar a sus compatriotas; en caso de ausencia, hacen volar en trozos al conserje y su casa. No es más que el principio: la guerra civil está prevista para el otoño o la próxima primavera. Nuestros lóbulos parecen, sin embargo, en perfecto estado: ¿no será, más bien, que al no poder aplastar al indígena, la violencia se vuelve sobre sí misma, se acumula en el fondo de nosotros y busca una salida?" (Frantz Fanon, 1961. Los Condenados de la tierra.)
[1] 11 de setiembre 2017.
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